Esta regeneración produce cambios profundos: nuevo corazón, nueva mente, nueva voluntad, nuevos deseos, nuevos planes, nueva autoridad y poder.
El avivamiento es volver a poner a Dios en primer orden. El primer amor no es una temporada es una experiencia continua.
El avivamiento trae un aumento! Trae consigo un rompimiento por acumulación de promesas y profecías que se han dicho o has recibido! Es la hora del cumplimiento! Es el ahora de Dios!
Es el momento de actuar y activación de tu asignación (unción) para hacer avanzar el reino de Dios. Esto traerá un MÁS DE DIOS. Más sensible y obediente al Espíritu Santo, más hambre por la palabra de Dios, más búsqueda de Dios en oración, más flexibilidad para ajustar tu agenda a los planes de Dios, más unción para actuar con autoridad y poder, mas alegría para vivir, más fortaleza interior, más amor por la iglesia, más compasión por los perdidos, más sueños y visiones de Dios, más palabras proféticas, más señales del reino, más valentía para fluir en los dones del Espíritu, más disposición y disponibilidad de personas de Dios, más fruto del Espiritu, más testimonio de Jesús y un largo etc.
De repente, los gigantes aterradores se convierten en enanos y las montañas desafiantes se convierten en llanuras.
El avivamiento te da una valentía extraordinaria para que los huesos rotos sanen instantáneamente, las fortalezas espirituales se rompan y los milagros ocurran. A eso se llama fe sobrenatural.
≪Y mi mensaje y mi predicación fueron muy sencillos. En lugar de usar discursos ingeniosos y persuasivos, confié solamente en el poder del Espíritu Santo. Lo hice así para que ustedes no confiaran en la sabiduría humana sino en el poder de Dios.≫
1 Corintios 2:4–5 (NTV)
Ante los acontecimientos actuales y voces de Avivamiento en el mundo: Si la obra es de Dios nadie podrá detenerla y avanzara mientras se vayan contando los hechos como un fuego santo del cielo o como lluvia del cielo que abrazará a muchas naciones y sacudirá a los continentes de la tierra.
- Yo me atrevería a escuchar, observar y valorar lo que Dios está haciendo en las naciones y no me enfocaría en los errores humanos.
- Guardaría silencio y tendría una actitud de contemplación y no habría mi boca para juicio.
- Agradecería al Espíritu Santo.
- Trataría de responder con humildad y devoción.
- Asumiría un espíritu de fe en la promesa del Espíritu para nuestra generación.
- Actuaría intencionalmente para buscar a Dios.
- Estudiaría los avivamientos con un corazón diligente para ver las señales.
- Estaría dispuesto a recibir la bendición de Dios en mi vida, familiar e iglesia.
- Me uniría a Dios para llevar el reino a las calles.
- Trataría de unirme y no resistir al Espíritu Santo.